[Con Alberto Gallego Iglesias]
#veomujeres que durante años cuidan de sus hijos solas ante un sueño roto en sus vidas. Mujeres que se levantan muy temprano para poder tener un huequito para ellas solas, que desayunan y se preparan para ser las mejores profesionales sin importar lo que pase a su alrededor.
#veomujeres que, cuando llegan a casa, siguen trabajando en sus proyectos laborales. Mujeres que luchan por sus causas, por tener una vida mejor, luchan para que sus hijos tengan un futuro lleno de amor, justicia, seguridad y oportunidades.
¡Veo amor!
[… y conmigo]
Con su propia mirada amorosa, Alberto nos transporta a lo difícil que es muchas veces responder adecuadamente a nuestro rol de cuidadoras y a nuestro papel profesional. No es aquí donde indago en las mierdas de la doble jornada.
Quiero ser fiel al sentimiento que Alberto ha querido impregnar en su contribución y lanzar una reflexión al viento: quizá como parte de ese futuro que se nos pone por delante, deberíamos plantearnos nuevas formas de organizar nuestros tiempos, los cuidados que profesamos, las responsabilidades que asumimos y el tiempo que le dedicamos al empleo. Porque, al final, todo el funcionamiento social no es más que una inercia.
Pero nuestra esperanza en un futuro mejor es un deseo que se llena de voluntad transformadora.
Gracias, Alberto, por querer bien a una mujer. Yo te conozco y sé que eres una masculinidad no hegemónica. Justamente lo que hace falta.
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