Hijxs, tribu y colectividad

Yo ya he escrito en otras ocasiones sobre la necesidad de desfamiliarizar los cuidados. Muchas feministas llevan hablando de esto mucho tiempo y muchas personas estamos intentando poner en marcha en nuestro entorno redes de apoyo y crianza colectiva que hagan más fácil la cotidianidad, por compartida y por hermosa. Vamos poco a poco, haciendo lo que podemos y sabemos.

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Parques Reunidos. Majadahonda.

Por tanto, lo que la diputada de la CUP, Anna Gabriel, comenta no me parece ni escandaloso ni revolucionario. Sí me parece necesario. Cira Crespo habla de ello en su artículo de El País. Estoy muy de acuerdo con lo que dice. Pero para mí, una vez resuelto el debate de la trampa de la familia nuclear, lo interesante es otra cosa.

¿por qué estamos suponiendo que un determinado modelo familiar es en sí mismo opresor, individualista o posesivo?

¿de qué hablamos exactamente cuando hablamos de colectivizar la crianza?

y, finalmente, ¿cómo es posible establecer vínculos primarios (los que nos dan seguridad, referencia y entrega segura) en modelos colectivos?

.. no sé.

Yo soy muy pro cuidados colectivos, ya lo sabéis. Me preocupo cotidianamente por tejer redes y sostenerlas pero soy tremendamente escéptica con la idea de «tener» hijos en comunidad. Y creo que debemos ser cuidadosas en distinguir entre la idea de «tener hijxs en colectivo» y la idea de compartir cuidados.

Porque sí creo que las personas -particularmente las bebés y niñxs- necesitamos los vínculos primarios que se establecen en una relación singular para crecer con salud, seguridad y equilibrio emocional.

Porque sí creo que la relación materno-filial bidireccional es una oportunidad sin igual para transformarse y generar formas solidarias, conscientes y críticas de estar en el mundo.

Porque sí creo que la vida es muy compleja y las relaciones de autoridad y poder son pequeñas bombitas que hay que manejar con cuidado y tener hijxs en colectivo -tal y como son nuestras subjetividades, aquí, ahora- puede convertirse en un campo de minas.

En definitiva, saquemos los cuidados del hogar y de la familia, ¡hagámoslo de verdad! pero no utilicemos fórmulas apresuradas para nombrar maneras alternativas de crianza. Hagamos pedagogía discursiva y práctica, vivencial, no hagamos grandes proclamas sin tener la carne en el asador, o en vez de conseguir avanzar alimentaremos confusión y resistencias.

La Tribu en Arganzuela. Tumblr.

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1 comentario

  1. La colectivización de los cuidados está abriendo nuevamente interesantes debates en mi página de FB. Aquí os comparto mi último comentario en torno a una diferencia de posturas entre dos comentaristas: «¿estamos dispuestas a colectivizar con todo el mundo? ¿está la demás gente dispuesta a colectivizar conmigo, con mi manera de educar, mis valores, mis formas, mi expresión en el mundo? ¿Qué hacemos en el parque cuando somos testigos de unas formas violentas con las niñas por parte de su madre? ¿qué me tiene que decir a mí una madre o un padre, y cómo me lo dice, cuando mi hijo está subido a lo alto altísimo del columpio más alto del parque y a él le parece peligrosísimo y yo no le doy importancia? ¿sobre qué es, en definitiva, sobre lo que tenemos que tejer la red y quién o en base a qué decidimos «los valores universales»?

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